Más de 300 trabajadores sindicalizados de control de calidad de ZeniMax Media, responsables de títulos como The Elder Scrolls y Doom, han anunciado un acuerdo tentativo con la empresa matriz Microsoft sobre su primer contrato. Este hito se produce dos años después de que los trabajadores formaran su sindicato.
ZeniMax Workers United, afiliado a Communications Workers of America (CWA), declaró que el acuerdo incluye aumentos salariales significativos en toda la plantilla, niveles salariales mínimos, salvaguardas contra despidos arbitrarios, un proceso claro de resolución de quejas, protecciones relativas al uso de inteligencia artificial que podría afectar a los puestos de trabajo, y una política de atribución para garantizar que las contribuciones del control de calidad se reconozcan adecuadamente en los juegos que ayudan a crear.
ZeniMax Media es propietaria de Bethesda Softworks y estudios de desarrollo como Bethesda Game Studios (The Elder Scrolls, Fallout, Starfield), id Software (Doom, Quake, Rage), Arkane (Dishonored, Prey, Redfall), MachineGames (Wolfenstein, Indiana Jones and the Great Circle) y ZeniMax Online Studios (The Elder Scrolls Online). Microsoft completó su adquisición de ZeniMax Media por 8100 millones de dólares en marzo de 2021, y la empresa opera ahora bajo la división Microsoft Gaming.
"Durante años, los videojuegos han generado consistentemente más ingresos que cualquier otro sector del entretenimiento, pero las personas talentosas que construyen estos mundos son frecuentamente explotadas debido a su pasión y creatividad", dijo Jessee Leese, miembro del comité de negociación.
"Al organizarnos, negociar un contrato y hablar con una voz unificada, hemos reclamado la autonomía que legítimamente nos pertenece. Este primer contrato es un llamamiento a la acción para los profesionales de toda la industria de los videojuegos. Somos los creadores de estas experiencias, y nosotros seremos quienes establezcamos nuevos referentes de trato justo."
El equipo de control de calidad de ZeniMax se sindicalizó por primera vez en enero de 2023, tras esfuerzos similares de grupos en Raven Software y Blizzard Albany. Este movimiento se produjo después de que Microsoft se comprometiera públicamente con una postura de neutralidad laboral. Sin embargo, el camino hacia un contrato enfrentó obstáculos. En noviembre pasado, los trabajadores realizaron una huelga de un día, citando negociaciones estancadas sobre protecciones del teletrabajo y alegatos de que Microsoft estaba externalizando funciones de control de calidad sin consultar al sindicato. Luego, en abril, los miembros votaron abrumadoramente para autorizar otra huelga, planteando nuevamente problemas relacionados con el teletrabajo y salarios inadecuados.
El contrato propuesto está ahora pendiente de ratificación mediante una votación de los miembros del sindicato, programada para concluir antes del 20 de junio.
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